sábado, 17 de mayo de 2014

Ansiedad y Trastorno del sueño

INTRODUCCIÓN

Dormir bien es fundamental para que a nivel cognitivo, psicológico y orgánico funcione correctamente. Pero hay que tener en cuenta que las actividades que realizamos durante el día, los problemas que van surgiendo, nuestro trabajo, etc. todo ello puede afectarnos notablemente  cuando vamos a dormir, haciendo que la latencia antes de dormir aumente, que tengamos un sueño poco reparador y por ende, nos levantemos más cansados aún que cuando nos acostamos la noche anterior. A destacar como un factor predominante que favorece problemas para conciliar el sueño es la ansiedad.

Se puede asegurar que un estado de ansiedad moderada o intensa durante todo el día afecta a la conciliación del sueño. Del mismo modo, el retardo en conseguir dormir puede aumentar la aparición de pensamientos intrusivos que generan un estado de activación aún mayor, ya sea en cuanto a la fisiología como emocionalmente, aumentando a su vez la ansiedad creándose así un círculo vicioso que es necesario comper.

ANSIEDAD

En cuanto a la relación entre ansiedad y dificultad para dormir aún se ve más acrecentado en las personas que padecen insomnio crónico porque las reacciones de ansiedad les perjudican más cuando se van a la cama (Chambers y Kim, 1993). Como siguen diciendo estos autores, cuando aparece ansiedad y el insomnio crónico aparece dificultad para conciliar el sueño así como su mantenimiento durante toda la noche,  disminuyendo la calidad del mismo y provocando un excesivo sueño diurno en estas personas.
Un caso también importante son aquellos insomnes que tambien sufren de estrés postraumático ya que presentan patrones de sueño mucho más alterados, movimientos corporales durante el sueño, mayor índice de ansiedad y fatiga diurna que quienes no lo padecen.


En otros estudios hay consenso en defender que tanto la capacidad de predicción como de control de las consecuencias negativas de los factores ambientales o el comportamiento son importantes y pueden influír en la aparición o empeoramiento de los problemas de insomnio.

los problemas de sueño y la ansiedad no sólo se manifiestan cuando se va a dormir y en el mantenimiento del sueño sino que el no descansar es un factor principal en los problemas emocionales que sufren las personas al día siguiente. Les perjudica en el mantenimiento de la atención, en la concentración, jaquecas, migrañas, fatiga, alteraciones en el estado de ánimo sintiéndose muy alterables e irritables, enfadados, etc., (Hauri, 1979).

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