sábado, 17 de mayo de 2014

Emoción, Activación y Trastornos del sueño

 INTRODUCCIÓN

De entre todos los trastornos del sueño, el insomnio es uno de los más relevantes, tanto por su frecuencia (alrededor del 25% de la población padece en mayor o menor grado este
problema), como por el sufrimiento y molestias que conlleva.

El insomnio puede clasificarse en función de la causa que lo ha producido o de la forma en que se manifiesta. A pesar de que el sueño es una necesidad ineludible e imprescindible para la super vivencia del organismo, la calidad o cantidad de éste puede verse afectada por múltiples factores,convirtiendo al insomnio en uno de los problemas de salud epidemiológicamente más relevantes en nuestra sociedad .

VARIABLES EMOCIONALES E INSOMNIO

Los factores emocionales tienen gran importancia en cuanto a los problemas de salud y el sueño, a su vez, la ausencia de un buen descanso afecta a las emociones, a cómo nos sentimos día a día, cómo actuamos frente a los problemas de la vida diaría y ante los imprevistos.  Vamos a clasificar algunos de estos trastornos emocionales más frecuentes:

1- Alexitimia: problemas para describir los sentimientos que uno tiene, incapacidad para crear emociones a nivel mental así como relacionarlas con las sensaciones corporales. se relaciona con los problemas para conciliar el sueño y según Nemiah (1977), en las personas con alexitimia hay una desconexión entre el sistema límbico y neocórtex, que tendría como consecuencia que estas personas no sean conscientes de las emociones producidas. 

2- Trastornos del estado de ánimo como el trastorno depresivo afecta al sueño de forma que los pacientes tienen la necesidad de dormir muchas más horas que las establecidas normalmente y con excesiva somnolencia cuando están despiertos. Suelen tener despertares frecuentes y según el grado de la depresión afecta directamente al grado de insomnio.

SUEÑO Y ACTIVACIÓN

Una de las concepciones más extendidas acerca de las características de los 
insomnes fue que quienes padecen frecuentemente este trastorno debieran tener un grado de activación autonómica más elevado que quienes duermen con normalidad. Tal afirmación se conoce como "hipótesis de Monroe" y está basada en las investigaciones de dicho autor, en las que se postulaba que podemos distinguir a insomnes de no inso mnes en función de que los primeros presentaban indicadores más elevados en la actividad simpática (Monroe,1967). 


Está confirmado que la activación fisiológica elevada dificulta la conciliación del sueño pero no que los patrones de las personas que padecen insomnio crónico manifiesten un arousal muy alto. Los tratamientos encargados de disminuír la excitación fisiológica no consiguen los resultados esperados. Por otro lado, también afecta la activación cognitiva, es decir, los pensamientos recurrentes que aparecen en el momento de conciliar el sueño y cuyo contenido se relaciona con la dificultad de poder dormir.


El  arousal fisiológico producido como consecuencia de la activación cognitiva dificulta la conciliación del sueño. Éste sería el fundamento de la eficacia en el tratamiento del insomnio de las técnicas de intervención destinadas a reducir la activación somática (Nicassio, Bolylan y McCabe, 1982). Por otro lado, la eficacia de las técnicas cognitivas, tales como distracción y técnicas de control mental (Woolfolk y McNulty, 1983) vendría explicado por la utilidad de las mismas para impedir la aparición de pensamientos intrusivos. No obstante, debido a la íntima relación entre arousal cognitivo y fisiológico, tanto las técnicas fisiológicas pueden ejercer un control cognitivo, como las propias técnicas cognitivas pueden conseguir que se reduzca la activación fisiológica.



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